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HISTORIA DE LA IGLESIA


1.4 Nota sobre algunos de los Apóstoles


Muy poco se sabe de la vida y trabajos de los demás apóstoles.

Santiago el mayor, permaneció algún tiempo en Judea y, según afirman tradiciones del siglo VII, hubiera ido a predicar a España, convirtiendo algunos a Cristo, de entre los cuales, siete, ordenados más tarde por San Pedro, fueron los fundadores de algunas Iglesias de España.

Tradiciones del siglo V dicen que, a petición de la Virgen María, el Apóstol le dedicó un modesto oratorio en Zaragoza. En siglos posteriores fue sustituido por un amplio templo que, en el siglo XIV recibió el nombre del Pilar, por estar la imagen de la Virgen sobre una columna de mármol.

El apóstol Santiago volvió a Judea, donde fue degollado por orden de Herodes Agripa, hacia los años de 42 a 44. Su cuerpo, según antiquísima tradición española que remonta al siglo IX, se venera en la ciudad de Compostela.

Santiago el Menor fue obispo de Jerusalén. Su Vida santa le mereció por parte de los mismos Judíos el sobrenombre de justo. Pero, por la envidia y el odio de los príncipes de los Sacerdotes y de los fariseos fue arrojado desde lo alto del templo y apedreado.

San Juan, hermano de Santiago el Mayor vivió con la Virgen Santísima en Jerusalén. Antes del sitio de esta ciudad por los romanos salió para Efeso cuya Iglesia, fundada por San Pablo, gobernó por muchos años.

Tertuliano nos dice que fue llevado a Roma en el reinado de Domiciano y condenado a morir en una caldera de aceite hirviendo. De allí salió milagrosamente ileso. Desterrado a la Isla de Patmos escribió el Apocalipsis (o profecía). A la muerte de Domiciano volvió a Efeso, donde murió de avanzada edad. Escribió el Evangelio que lleva su nombre.

San Andrés evangelizó la Escitia y la Tracia. Fue crucificado en Patras de Grecia y el relato su martirio fue escrito por sacerdotes de aquella Iglesia.

Si las noticias referentes a los demás apóstoles son aun más inciertas puede, sin embargo, afirmarse que todos coronaron su vida por el martirio, sellando con su sangre la verdad de sus enseñanzas.