Cualquier cosa que se diga de Luisa « La pequeña Hija de la Divina Voluntad », podrá tan sólo trazar algunos lineamentos importantes de su vida.
Nosotros en este breve espacio diremos muy poco, pero queremos invitarlos a seguir conociendo todo lo que la Santísima Voluntad de Dios puede hacer y hasta dónde puede llegar cuando un alma le da toda la libertad de actuar y no interrumpe con su voluntad humana la obra de Dios; todo lo que la Santa Voluntad Divina puede y quiere hacer en cada una de nuestras almas, es decir, establecer su morada perenne entre nosotros; el Reino de Dios sobre la tierra; el Reino de la Divina Voluntad; hacer que, finalmente, la Voluntad de Dios se haga como en el cielo así en la tierra, conforme a la oración que nuestro Divino Salvador nos enseñó.
Por otra parte, para conocer verdaderamente a Luisa Piccarreta y todo lo que Dios quiso hacer en ella, uno no puede limitarse a estas líneas y ni siquiera a una biografía, sería del todo errónea la figura que se formaría uno de ella. Para poder empezar a conocer a esta alma privilegiada de Dios deberíamos en primer lugar leer todos sus escritos, 36 volúmenes a manera de diario, y algunos otros opúsculos no de poco volumen.
Pero aún así, Luisa Piccarreta será siempre una desconocida y solamente en el cielo podremos llegar a conocer un poco la alteza de la santidad a la que fue elevada por Dios. Naturalmente, no queremos con esto prevenir el juicio indiscutible de nuestra Santa Madre Iglesia, que por otra parte, ha tenido a bien el aprobar ya el proceso de beatificación de Luisa, el cual ha dado inicio oficialmente el 20 de noviembre de 1994, en la Solemnidad de Cristo Rey, como también el haber ya canonizado, el 16 de mayo del 2004, a Aníbal María De Francia, quien fue uno de los primeros apóstoles del Reino de la Divina Voluntad.